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Mldo, Uruguay
activista y poeta

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02 octubre, 2011

lo nuevo y lo viejo





dibujo de M.Abarore Gonzalez C.



Es el primer domingo en esta casa, me instale aquí buscando un poco de comodidad a  mi vida, un poco de paz al trajinche del día y un espacio placentero para ser feliz.

Ordene todo mi mobiliario, la mesa, el ropero, la cama, la mesa de luz, y dos cajones forrados de tapiz azul, uno para poner la tele, y el otro de mesa ratona para poner las piedras, la de la cantera de Artigas, que ese amor de frontera me dejo entre besos, y las otras chiquitas energéticas junto a las velas, el antakarana y todo lo demás que uso para trabajar con energía positiva.

Colgué el viejo adorno de tres atrapasueños que hace años me acompaña, el sigue  con su brillo interminable, adornándome las paredes, y la pintura azul del mar que hace mas de diez años aquel amor poético y adolescente pinto para mi… cuantas cosas, cuanto amor, que nostalgias preciosas.

Se reúnen algunos recuerdos, los mas lindos, los mas fuertes capaces de seguir prendidos a mi  todavía, los que no quisieron partir con los otros, y el baúl de madera con las iniciales de mi nombre en tachas, un baúl que guarda mas allá de todo, sentimientos de cariño, de compañía, de amor paternal y de hija agradecida ante la vida, por haber engendrado una relación tan bonita  en el corazón, sin el mismo apellido y sin un mismo ADN, puro y duradero.

Esta mañana de domingo, me robaron una hora para adelantar el reloj, pero nada impidió que descansara  la semana ajetreada de idas y vendidas a trabajar, de horarios, de comidas rápidas y ómnibuses.

Este domingo siento que hay cosas que, a pesar de los muchos cambios no han cambiado, y esas cosas no son menos de la que yo misma soy.

En lo profundo de mis ser y a flor de piel, conservo las pasiones  de ayer, desde una linda ventana que se abre para mirar con alegría los gestos de esos compañeros que ya no están conmigo, y a mi misma la que ya no soy.
 Aquellas revoluciones por las que nos apasionábamos y tomábamos causa de vida, por una vida justa, una vida solidaria, comprensiva y con amor.

 Reviven las canciones, las fotos, los símbolos que nos identifican todavía, que nos vinculan con quienes desde antes ya querían otro modo de vivir, una sociedad de otra manera, aquellas  otras, que desde antes ya sufrieron desvalorización por ser mujer, por se negras, por ser brujas, espiritista, videntes, por fumar, por beber, por cantar por poetizar, por  amar libremente.

Tomo mate y escucho a Zitarrosa hablar de la niñez, del amor, de la mujer del amor
“que hay que cuidar mas,” del patrón y el obrero, de la onda,  y las luchas por vivir dignamente. Y me pregunto si realmente llegamos a ser consecuentes con lo que pensamos y decimos.
 Pasan por mi mente las caritas de los gurises con los que trabajo, veo  sus miradas nuevas  y aquellos que ya traen dolores escondidos.

Los veo disfrazados entres sus atuendos marcando su estilo, definiendo gustos  siendo como quieren ser. Y veo también la necesidad de pertenecer.

Cuando nos reunimos, somos simplemente personas aprendiendo entre todos de la experiencia, interpretando nuestro modo de vivir, respetándonos. Siento que  se desdibujan por un momento las fronteras y se desvanecen las “tribus “a las que pertenecen, para pertenecer a ese espacio nuestro, dándole  el matiz que tiene el color de cada piel, el tono de cada mirada, la decoración de cada atuendo, y la gracia de las opiniones, desde donde cada quien se pueda parar para mirar el mundo.

No ha cambiado tanto.
                                                                     Analia Gil




2 comentarios:

  1. Muy bonito,estoy muy contenta de que tengas un lugar tuyo ,propio,en el que puedas dejar volar tu imaginacion, y escribir cosas tan lindas

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